Dedicado a mi querido amigo Capitán Pelela
(sin más razón que sus muestras de afecto, compañerismo y su cuota social al día)
Tal como lo advirtió el Presbítero León Sebastiangelli: voy a seguir hablando de gente. Hay personas que significan algo importante para mi (bueno o malo) y otros que simplemente tienen alguna característica que me llama la atención. En todo caso no tengo planes de criticar a nadie ni de corregir a nadie. Vivo cosas, las observo, me repercuten, las escribo y las comparto con todos (empezando por los mencionados).
Pero relájese León, voy a seguir hablando de gente pero no hoy. Hoy voy a hablar de tecnología. Y no de cualquier tecnología sino la telefonía celular contemporánea, sólo que como ya hay muchos blogs que muestran las últimas maravillas y mucha gente que entiende más que yo y muestra desde las genialidades hasta los puntos débiles de esos juguetitos, yo me dedicaré a hablar sobre los teléfonos malos.
Teléfonos baratos, ordinarios, de baja calidad o caros pero malos hubo y habrá siempre y esfuerzos criollos por sacar productos locales desde países menos industrializados también. Pero teléfonos criollos no hubo jamás (creo). Por eso señores, todos de pie y reciban con un fuerte aplauso al primer teléfono de tecnología y manufactura 100% venezolana: El ZTE 366, popularmente conocido como "El Vergatario".
La verdad que no se si es tan motivo de orgullo, ni si es sólo venezolano o si generó 15.000 nuevos puestos de trabajo, lo que sí se es que el nombre no se lo puso la gente en joda, se lo puso (en joda) el mismísimo Señor Presidente de la Bolivariana República. El tipo en su plan de mostrarse como un venezolano más, canta en las reuniones, es campechano y cuando se enoja prepotea como desde una esquina. La cosa es que a este aparatito decidió apodarlo como si dijéramos la maravilla, la genialidad, la última chupada del mate, la última Coca-Cola del desierto, el teléfono del carajo y eso en venezolano se dice: la verga.
¡Orden en la sala! La señora ruborizada de la tercera fila siéntese que estamos hablando de diplomacia y tecnología. Caballeros dejen de hacer chistecitos por lo bajo y de mirarse con cara de cómplices que ya los chistecitos por lo bajo los hizo el mismísimo Señor Presidente, etc. etc. o sea Chávez. Lo simpático es que esos chistecitos los hizo con alguien que no se si es un ejecutivo o un funcionario del gobierno chino y después cuando tuvo que presentar oficialmente el teléfono orgullo criollo, Chávez no podía mantenerse serio. La palabra vergatario lo tentaba como travesura de nene chico y mostraba el telefonito como si fuera una joda que nos está haciendo a todos.
Me pregunto qué le comentará a sus amigos el dirigente chino de su experiencia por Venezuela (¡¡No sabés, me sentaron en una mesa protocolar con el presidente al lado y la pintura de un prócer atrás y nos cagamos de risa con un telefonito con nombre pornográfico!!!).
Atrás de todo eso, hay que reconocer que el gobierno puso en el mercado local un aparatito que hasta la gente más humilde podrá tener y para que nadie lo use para hacer bromas telefónicas, el teléfono mismo es una.
Señoras, Señores, Miembros (con perdón de la palabra) de la Asociación Cooperadora: me retiro con un fuerte dolor de cabeza pero los dejo en compañía del más divertido de los maestros de ceremonia que arrojó la diplomacia de los últimos tiempos:
"Chávez y su numerito titulado "El Vergatario"
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on jueves, junio 25, 2009
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38 millones de cosas me dijeron!!!