Germán me desconcierta. Es tan buen tipo, tan querible y tan encantador que no debiera ponerme acá a hablar de él. Es un tipo por sobre todas sus características se destaca por ser auténtico, directo, te dice las cosas sin rodeos, te puede apretujar con un abrazo porque le salió de adentro como puede taparte a insultos si le devolvés el iPod sin batería.
Y aunque no disimula que el amor de sus hijitos lo emociona hasta la más humillante catarata de lágrimas, Germán es por sobre todas las cosas un recio. El tipo no tiene problema de hacerle frente a sus jefes y cuando habla con miembros del directorio de la compañía donde trabaja, intercala malas palabras. Pero no de campechano ni de amigable, lo hace porque no conoce sinónimos menos vulgares.
El tipo no puede hablar de suicidios, dice que "fulano se limpió". No puede decir que algo es un disparate, dice "cualquier verdura", ignora la existencia de otras voces que reemplacen la palabra "garchar" cuando en un grupo que va adquiriendo confianza comenta alguna escena hot de una película.
Lógicamente cuando en un grupo hay gente de distintas nacionalidades, uno trata de no hablar en castellano para que los que no entienden no se sientan excluídos. Ese no es un problema para Germán, el loco jamás va a dominar el idioma inglés aunque ya lleva 15 años viviendo en Miami y sus hijos no hablen muy bien el castellano. Pero como es simpático, si hay un coreano o un neoyorkino en la reunión, el tipo se muestra dispuesto a apagar la música de Pappo y ofrece gentilmente: "aijá Pinflói chu" obligando a los contertulios no hispanoparlantes a interpretar esa suelta de guturalidades como un "I have Pink Floyd too" y como nadie se puede negar a aceptar una tira de asado jugosita ofrecida con una sonrisa de oreja a oreja, aceptan aunque hubiera ofrecido un disco de Iván Rebroff.
Esa es otra, nunca voy a entender qué hace Germán fuera de su barrio de origen si todo lo que hace es tratar de representar sus viejos pagos acá. El loco viaja 45 minutos los domingos a la mañana para llegar a una panadería argentina y llevar a la casa medialunas para el mate. Después viaja otra horita para llegar a una carnicería donde conseguir cortes argentinos y ya sabe que ahí la carne es buena y tienen buenos precios. Pero como es generoso los asados los hace para 40 personas sin importar si las conoce o no, si te invita no podés ir sola y tenés que ir con una amiga, novio, tía, abuelos, sobrinitos o vecinos. No se puede rechazar la invitación porque indaga los motivos, no es discreto y si estás enferma tenés que explicarle mucho, si estabas con visitas tenés que llevarlas a su asado y si no tenés ganas confesáselo porque su onda es la honestidad brutal, pero no esperes que no te putee.
Así es que vas a sus asados y te encontrás rodeada de 20 desconocidos, 10 conocidos que no te los hubieras imaginado jamás compartiendo un domingo al aire libre y, por supuesto toda tu gente. Entre toda esa gente hay personas de distintos países (eso es lo más natural acá en el sur de la Florida) pero acá viene la argentinidad de Germán de querer lucirse con la mejor carne mejor asada, con el mejor vino y hasta la mejor mayonesa de la galaxia. Si un chileno viene con su frasquito de pebre para convidar, ese frasquito se lo da a Germán o a su esposa y jamás llega a la mesa. Si un "tico" (costarricence) trae pico de gallo no se entera nadie y si en la mesa algún venezolano, salvadoreño, español, polaco o correntino ofrece una ensalada de nacionalidad neutral (papas con mayonesa y huevo duro, arroz con atún, fideítos fríos con mayonesa, etc.) en algún momento esa ofrenda desaparece sin haber sido tocada y el espacio de la mesa en que se apoyaba da paso a una criolla combinación de lechuga, tomate, cebolla, aceite y vinagre.
Ojalá que te guste el chimichurri porque lo vas a comer, punto. No vengas con que sos celíaco o defensora de los derechos del perejil porque tu choripán va a tener una capa verde y jugosa del orgullo de su madre. Sí señor, se hace traer de Argentina el chimichurri casero de su mamá porque ni su esposa ni ningún otro habitante del planeta puede hacer un chimichurri digno de un asado de Germán.
Presentado así suena odioso, y lo es. Pero el loco tiene una onda que te rechaza y no te cae del todo mal. Cuando te dice "vení probá ésto" ya te puso medio kilo de vacío en el plato, ya estás tomando fernet con soda o, por supuesto: vino argentino. Me encanta el vino argentino, pero tener un italiano sentado a 2 metros, un español a medio, un francés a 3 y saber que toman un excelente malbec sólo porque sus botellas fueron rechazadas, da un poco de vergüenza ajena.
Medio absurdo meterme en detalles como que habla a los gritos, come chicle con la boca abierta, canta tangos y rock (argentino solamente, no conoce a Maná ni a los Hombre G) pero canta con tonito de hinchada de fútbol, se viste con camisetas de la selección argentina y toma el café haciendo ruido (como el típico ruidito de sorber la sopa pero termina con un aaaaaaaaaah! de paladeo).
Germán es un chancho.
Ahora, si mal no recuerdo, comencé hablando de él diciendo que me desconcierta. En ese tono en que se suele hablar para mostrar erudición sobre motores y fixtures, con voz fuerte, tragándose las eses e interrumpiendo, el señor Germán habla con conocimiento y sin desatino de arquitectura gótica, estructura social de occidente en choque con sociedades orientales e islámicas, cine europeo, García Lorca, impresionismo, surrealismo, Gaudí, Dalí, Buñuel, economía, negocios, software y líneas de colectivo de Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
Y me desconcierta. Si un día me animo, sabiendo que profesa la honestidad brutal y tratando de imitarle su onda para decir las cosas, lo voy a tener que encarar y decirle:
Germán querido, una de dos: O te decidís por ser un grasa consumado que sólo habla de motores y cuelga posters de minas pelotas o refinás tus modales y te comportás a la altura de tus putos conocimientos que no puedo entender de dónde cuernos los sacaste si jamás en tu vida agarraste un libro o aprobaste una sola materia del secundario.
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on lunes, junio 22, 2009
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23 millones de cosas me dijeron!!!